Si hubiera que definir con una palabra a Concha Buika esa sería pasión. Una mujer que transmite en su conversación la misma fuerza con que interpreta sus canciones. “Soy una mujer muy fuerte que me siento como una leona en el medio de la selva; no le tengo miedo a nada”, ha dicho.

La artista española se encontrará por primera vez con sus seguidores dominicanos en su concierto “La noche más larga”. Un espectáculo que la ha llevado por distintas partes del mundo; viene de Puerto Rico y continuará, después de aquí, a Estados Unidos.

De esta manera, Concha Buika interpretará, aparte de las canciones de su más reciente disco, temas de “En mi piel”, “El último trago y “Niña de fuego”.

“No tuve el derecho a heredar una identidad”

La voz, pero sobre todo la forma de interpretar de Concha Buika, le han dado el lugar que ocupa dentro de la fauna musical de España. Una forma de cantar alejada de lo ortodoxo y que, según ha dicho, ocasionó su expulsión de un coro porque “cantaba como un perro”.

“Siento que soy una nota libre. No estoy vinculada a las partituras como tal”, declara la artista, quien prefiere no poner nombre al arte que hace, como si con ello pretendiera no cortarse las alas.

De esta manera, la cantante que se presenta por primera vez en el país esta noche, reniega de que lo que hace sea flamenco, bolero, blues, funky, jazz o copla.

Y es que ni siquiera su nacionalidad, más allá de los papeles que dicen que es española.

Nació en Palma de Mallorca, hija de inmigrantes de Guinea Ecuatorial, no era identificada ni en un lugar ni en otro.

“No tuve el derecho social a heredar una identidad”, dice Buika, quien valora el papel trascendente que tuvo su madre en su vida. “Es una diosa”, comenta con emoción al referirse a su progenitora.

De su padre, el poeta Juan Balboa Boneke, por otro lado, ha hecho un comentario gracioso, pese a que este se marchó de su casa para regresar 26 años más tarde, algo que su formanatural de asumir la vida, no le guarda rencor, porque considera que las personas tienen que tomar los caminos que quieren.

Pese a esto, asegura entre risas, que no le ha dejado disfrutar del éxito de su hija. “Me llamo Balboa Buika de apellido, y Balboa no lo uso”.

Entrevistada por este diario, Concha Buika (Palma de Mallorca, España, 1972) habla de lo que significa su manera de interpretar las canciones, para lo cual entiende que es muy importante el conocimiento. “Hay que entender las cosas, la física de lo que nos rodea, lo espiritual de lo que nos toca”, sostiene, y valora el hecho de que en su juventud el gobierno de España haya dado una gran importancia al arte.

En ese sentido, ella se forjó un conocimiento autodidáctico, que forma parte de lo que es hoy como artista. “Casi no fui a la escuela. No tengo prácticamente ninguna titulación de nada, ni siquiera los estudios primarios. Pero leí mucho, escuché mucha música, escuché muchas opiniones”, asegura ya que considera que cantar es ofrecer su opinión.

Una forma de cantar como la suya, libre de corsés académicos, la ha hecho una intérprete con un sello distintivo, lleno de un feelling especial. “No entiendo el concepto de cantar mal o bien. Si cantas está bien, si no cantas es porque hay algo que no está bien ahí dentro”, opina Buika, a quien han comparado con figuras del canto como Nina Simone. 

Juan Luis Guerra
La cantante, que publicó su primer disco, “Mestizu¨o”, en el año 2000, llegó la tarde del miércoles a Santo Domingo, y unas horas más tarde tenía una idea de lo que somos como pueblo. “Lo que noto de la gente de aquí, que sabe vivir con el entorno, no necesita excusas, necesita la realidad, igual que yo”, dice, y al mencionarse el nombre de Juan Luis Guerra, ella afirma que es el rey.

“Me estás hablando del rey. Es un enviado del señor, ese hombre es un milagro en esta tierra”, manifiesta Buika emocionada.

Recuerda que cuando su madre estaba criándola a ella y a sus cinco hermanos, trabajando limpiando escaleras, la música de Juan Luis alegraba sus vidas.

La cantante continúa diciendo que en las letras que escribe, el autor de “Bachata rosa” y “La llave de mi corazón”, hay bondad. 

Poder femenino
Pese a que no pretende ser el símbolo para la mujer de hoy, Buika se asume fuerte. “Lo asumo, porque hay que asumirlo, no es fácil asumir eso en un mundo donde la mujer débil o que lo parece está premiada”, razona esta mujer con tono desafiante.

Y es que, con la misma fuerza y pasión con que interpreta canciones como “No habrá nadie en el mundo”, “Nostalgia” o “La niña de fuego”, así mismo sostiene que es su forma de asumir la vida.

Una experiencia en esta tierra en la que dice saborearla en todos sus aspectos. “He venido aquí a vivir las cosas como son: El dolor como tal, como dolor, la alegría como tal, como alegría, y la pena como tal, como pena. Y no me quiero perder nada”, concluye la cantante que esta noche presenta su arte por primera vez en República Dominicana.

Fuente: Pachico Tejada  / pachico.tejada@listindiario.com