El hechizo de tu signo lunar: ¿cómo eres en la intimidad?
La astrología nos reúne con el cielo, nos recuerda que somos pedacitos de Big Bang y que en las estrellas hay información sobre nosotros. El primer aliento de vida marca una matriz, un mapa, que debemos aprender a descubrir.
La astrología es una práctica mucho más rica y compleja que la mera información que brindan los horóscopos. Lo que conocemos como nuestro Signo Zodiacal es solo un factor de la compleja trama que muestra una Carta Natal, nuestro signo es el lugar del Sol al nacer. A lo largo de nuestra existencia intentamos desmadejar el misterio de lo que somos, perdidos en las múltiples contradicciones, complejos deseos e innumerables vínculos, la Carta Astral funciona a modo de mapa de la existencia y hace más conciente nuestro andar.
Al analizar este mapa, es muy importante conocer el Signo en el que se ubica la Luna ya que es el astro más cercano a la tierra y alude -por lo tanto- a la identificación básica, al primer carácter que se imprime en nuestra personalidad y se asocia a la persona que nos crió. El vínculo que generamos con nuestra madre está previamente guionado por el Signo Lunar haciendo que registremos esa cualidad como lo más seguro e intentemos, luego, recrearla de adultos para sentirnos resguardados.
La mujer que da vida y nos cuida en los primeros años de vida, posee una imagen colectiva extremadamente idealizada, la soñamos como una mujer amorosa, dispuesta al abrazo, eternamente sonriente, aguardando siempre con comida calentita y tiernos consejos. De la evidente distancia entre la madre real y la imaginaria surgirán los primeros malos entendidos. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido realmente esta maravillosa e incondicional madre? Este trecho entre ideal y realidad reaviva -aún más- la sensación de abandono, de no ser merecedores de este amor incondicional. Esta desfavorable “comparación” exacerba nuestros sufrimientos. Cotejamos nuestra vida real con aquello maravilloso que creemos nos debería estar pasando, comparamos a nuestra madre real con esta madre arquetípica e imaginaria.
Al conocer nuestra Carta Natal descubrimos el hechizo del signo lunar, qué clase de trama ha guionado nuestra infancia dejando marcas en nuestro niño interno de por vida. Denuncia el clima de los primeros años que intentaremos reactivamente recrear para encontrar seguridad emocional en la adultez. Aquello que en nuestra infancia brindó protección, cuidado y nutrición, de adulto se transforma en un hábito de protección a veces innecesario. El signo de la Luna conecta con la memoria, el pasado y también con nuestros aspectos más tiernos y cálidos. Describe, además, cómo reaccionamos cuando sentimos miedo o inseguridad, aunque si logramos superar el umbral del miedo activa nuestra ternura mas genuina y nuestro instinto más protector y amoroso.
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¿Qué significa cada luna en cada signo?
Luna en Aries. Tu entorno familiar primario era activo, deseante y algo avasallante; tu madre se adelantaba a tus deseos decidiendo todo por vos, es por eso que tendés a apurarte en los procesos y a querer definir rápido para sentir que no se te adelantarán y puedas decidir por vos mismo. Tenés una personalidad deseante y movediza, construiste un estilo accionador a manera de protección para que el resto no te imponga sus deseos. Necesitás encarar y tomar la iniciativa ante los conflictos. La paciencia no es tu fuerte. Te expresás sin vueltas, de manera sencilla y espontánea, auque para los otros podés resultar algo hiriente. Asumís riesgos innecesarios para asegurarte que vas más rápido que el resto, defendiéndote de una sensación de avasallamiento de tu entorno. Aparentás ser intrépido y arriesgado y te híper-activás para no angustiarte. En el fondo, tenés deseos muy infantiles o inconfesables y ridículos enojos. Puede que te juzguen de excesivamente franco, incisivo o frontal, pero en momentos de tensión solés ser el que toma la iniciativa, el que se anima a lo nuevo funcionando como motivador e impulsador de otros.
Luna en Tauro. En tu entorno familiar se valoraba la estabilidad, la seguridad y se demostraba el afecto a través de cosas materiales o de comida. Tu principal refugio es sentir que tenés todo controlado y tranquilo, por eso demorás los cambios en el campo afectivo lo más posible y te esforzás mucho en fiscalizar tu entorno cercano y familiar. Como anhelás estabilidad y permanencia en tus vínculos, te cuesta arriesgar en el territorio amoroso y, probablemente, sostenés relaciones más tiempo del necesario ya que te altera muchísimo la sensación de abandono. Podés ser algo posesivo pues necesitás a tus seres queridos cerca y bajo tu “amoroso control”. Sos muy afectuoso y te encanta demostrar tu afecto con hechos concretos y visibles: regalos, comida, etc. Sos muy corporal para expresar amor, necesitás tocar de manera algo exagerada para la mirada de los otros. Sentir y dar placer te es fundamental. Tu mundo emocional es taurino, se mueve despacio, contempla, observa y percibe todo antes de abrirse a otros. Buscas naturalmente lo estético, el arte puede ser un don. Sos muy honesto y a veces algo ingenuo, siendo esto tanto tu dificultad como tu máxima herramienta de seducción. Sos magnético, sensual y seguramente tenés un cuerpo exuberante. Apreciás la buena combinación al vestir, la buena mesa y, obviamente, el buen sexo. Sos intenso, perseverante y paciente cuando surge algo o alguien que te interesa en tu campo de visión no te rendís fácilmente. El gran problema es aprender a partir a tiempo y no quedarse más de lo necesario en vínculos que ya no tienen vitalidad.
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La palabra inteligente resulta tu mejor forma de calmarte. Cuanto más angustiado estás, más vas a hacer mil cosas a la vez, como si al dispersarte algo se tranquilizara inconscientemente. La curiosidad y la sensación de que todo te interesa suele acompañarte siempre, aunque es bueno registrar que muchas veces utilizás la dispersión como medio de distracción o escape cuando la vida se pone demasiado complicada e intensa. Los hermanos serán un tema importante en tu vida afectiva, quizás te protegieron en la infancia y comprender la fortaleza de este vínculo (si los hubiera), será fundamental. Utilizás la diversidad y el juego a modo de refugio ante el dolor, a veces podes resultar muy cambiante e inestable, por lo que deberás aprender a parar y registrar la angustia que sentís cada vez que no podés detenerte y desarrollar una sola cosa por vez.
Luna en Cáncer. Desde tu nacimiento generaste un vínculo muy fuerte con tu madre o con una figura maternal, donde se entendían intuitivamente. De grande se genera un complejo malentendido en el que explicitar con palabras pareciera significar falta de amor. Aquel que ama, deberá intuirte sin el esfuerzo de la comunicación verbal. A primera vista, tenés una apariencia solitaria, tímida o cerrada pues necesitás tiempo para abrirte y comunicarte. El tiempo, la cercanía, la familiaridad y la ternura de los que te rodean te ayudan a expresar tu aspecto más sensible, en donde podés mostrar tu gran empatía y solidaridad con los que amás. Anhelás tranquilidad y permanencia tanto en tus vínculos como en tus proyectos ya que necesitás encarar la vida con calma. Sos muy memorioso y te encanta recordar situaciones del pasado, las temáticas familiares y de la historia suelen atraparte de manera impensada. Reconocés el temor que sentís al comenzar relaciones nuevas en tanto sos muy vulnerable al rechazo. Contás con un maravilloso talento para cuidar y proteger a los más necesitados y es aconsejable que te animes a abrirlo más allá de tu entorno familiar.
Luna en Leo. De chico fuiste muy especial en tu familia, casi sin esfuerzo eras tenido en cuenta y se te valoraba, generando un malentendido de “no debo hacer nada para que me quieran”, “soy un ser especial y debo ser admirado solo por existir”. En este estilo desafiante, das la impresión de tener una fuerte personalidad, magnética y algo dramática. Carismático y pasional, no podés hacer nada “por compromiso”, pues te cuesta disimular tu “desinterés”. Por el contrario, cuando algo realmente te motiva, surge milagrosamente la transformación del magnánimo rey al talentoso ser maravillosamente práctico y organizado. Necesitás mucho la atención de los otros para reafirmarte, casi tanto como un adolescente que necesita sentirse importante y diferente del resto, muchas veces pretendiendo que se te trate “como a un príncipe o princesa”. Como sos exagerado tanto para demostrar como para pedir afecto, es posible que a veces te sientas abandonado de antemano, ya que no hay quien pueda colmar todas tus necesidades. Podés irritar al otro con tu dificultad para registrar las necesidades del resto de la humanidad. Sos muy fiel con tus seres queridos y cuando te sentís valorado y reconocido sos muy generoso y genuino en tus afectos.
Luna en Virgo. Desde chico se te exigía ser adaptable y maduro, pedir poco y ser ubicado, por lo que desarrollaste prudencia y la reflexividad desde niño. Fuiste grande antes de tiempo, inclusive te sentías más maduro o sensato que tus padres. De adulto, a veces pareciera que, agotado de tanto hacerte cargo de los otros, te rebelás y te vas al otro extremo, teniendo actitudes caprichosas o pueriles para alivianar tanta responsabilidad cargada desde tu infancia. Tendés a ayudar mucho a los otros ya que te resulta más fácil entender las necesidades ajenas que las propias, ya que debiste postergarlas mucho tiempo. Tu mundo emocional es poco convencional, lo que te calma no sigue la típica necesidad de “abundancia de cosas materiales” o “de exacerbación del ego”. Te gusta dar vueltas a las cosas para observarlas desde otro ángulo, teniendo muchas veces una mirada crítica sobre tu vida y la de los demás. Te fascina observar y entender a los otros, tenés un especial radar para darte cuenta de lo que cada persona necesita, destacando tu aspecto servicial. De mente muy aguda, anhelás tener todo explicado y controlado, creyendo que así podrás dominar tus emociones. Sos algo hipocondríaco y quizás maniático de la higiene y del orden, todo tiene que estar organizado y etiquetado al menos en tu cabeza, casi como un antídoto para sentirte en paz con vos mismo.
Luna en Libra. Desde chico te costaba saber lo que querías, pues te enseñaron a priorizar los deseos de los otros. Te resulta exageradamente importante la mirada aprobatoria de la sociedad es por eso que valorás el buen trato y las buenas costumbres. En tu casa se estimaba mucho “el quedar siempre bien”, aparentar felicidad aunque en el fondo la realidad del hogar fuera más complicada, incorporando así un innato talento para “poner cara de felicidad” y evitar siempre la confrontación. Seductor y excelente anfitrión, la sociabilización y la mediación son tus talentos. Te cuesta tomar decisiones por vos mismo, tendrás que aprender a decir más veces que NO, a poner límites a los deseos de los otros. Generar vínculos complementarios sin sentirte dominado por el otro será tu aprendizaje. Tendés a entregarle demasiado el poder de decisión a terceros y después te enojas por eso, pero como te cuesta mucho estar solo, a veces te dejas llevar por los demás para no generar conflictos.
Luna en Escorpio. El inicio de tu vida estuvo rodeado de temas complejos y dolorosos tales como la muerte o las tramas de celos y ansias de poder familiares. Te atrae naturalmente lo desconocido, lo misterioso, lo esotérico y lo oculto. Desde chico pasaste situaciones que te hicieron sentir “malo”, por denunciar las cosas, cargando excesivas culpas y sintiéndote rechazado. Sos muy permeable al dolor humano, quizás por tu cercana experiencia con el sufrimiento desde tu infancia. A veces podés tener reacciones psicológicas algo extremistas y polarizadas ya que captás el inconsciente, ves lo profundo y tendés a percibir y hacerte cargo de los conflictos o padecimientos ajenos. Captás lo que nadie quiere ver, sos intenso y tenés una maravillosa capacidad para curar el malestar en los otros pero tenés que estar muy atento porque seguramente te olvidás de protegerte o curarte a vos mismo. El mundo íntimo de la luna en Escorpio es muy complejo para ser comprendido, suele tener un vínculo contradictorio y posesivo con figuras maternales que pueden influenciar de manera enmarañada inhibiendo la capacidad de confiar en otros o de confiar en el amor.
Luna en Sagitario. Tus padres han sido personajes contradictorios, idealistas, creativos y cambiantes, pudiendo haber oficiado de figuras guías o estimuladoras. Estas figuras tan enérgicas de tu infancia han dejado una fuerte impronta en tu mundo emocional más íntimo, una mezcla de sensaciones variadas y contradictorias. Te sentís naturalmente positivo, pasional y te encanta gozar de la vida y a veces sin causa aparente te asustas e intentas desconectar de las intensidades que quizás vos mismo generás. Tenés muchas inquietudes existenciales que te llevan a buscar siempre nuevas respuestas y a descubrir nuevos mundos o nuevas culturas. Necesitás estar rodeado de acción y actividades deportivas pues suelen darte cierta calma a tanta intensidad. Te encanta gozar de la vida y realizar actividades que amplíen tu mundo: estudiar diferentes filosofías o religiones, viajar al extranjero, podés apasionarte por profesores o gente de otros países también. En esta combinación de sensibilidad y acción, podés resultar ciclotímico. A veces sos algo “negador” y terminás generando crisis aún peores por esta tendencia a postergar los conflictos. En la vida, estás siempre dispuesto a desarrollar la palabra confianza, más allá de toda adversidad… Pero atención con el excesivo sentido de grandiosidad que podrá generarte la sensación de “ser alguien superior”.
Luna en Capricornio. Naciste en un entorno familiar exigido y exigente, donde debiste hacerte cargo de tus propias necesidades desde muy temprana edad. En la vida adulta, si no te prestan demasiada atención no te preocupás demasiado ya que tenés el hábito, desde chico, de “arreglártelas solito”. Aprendiste muy pronto a cumplir y a no protestar, llegaste a la conclusión de que sin necesidad se sufre menos y, por lo tanto, difícilmente le pidas a otros lo que necesitás. Las metas se consiguen con sacrificio. Es hora de que te animes a pedir al resto lo que te hace falta, que te animes a mostrar ese “niño sensible y carente que tenés en tu interior enmascarado en un estilo autosuficiente y solitario”. Te es muy difícil sentir que merecés, siendo excesivamente cuidadoso en tus gastos y con un estilo exageradamente austero. De sentimientos nobles y de palabra confiable, tenés una gran capacidad de autosostén y autoabastecimiento, como no te asustan las adversidades te plantás sólidamente en el mundo. Cuando te comprometés con una persona o con un proyecto lo sostenés en el tiempo. Tenés un maravilloso talento para mantener tus promesas y tus propósitos, y en verdad deberías estar más atento a no postergar tanto tus propias necesidades personales en pos de cumplir con los otros o con las exigencias del entorno. Sólido, confiable y responsable, tu camino es hacia lo que más te cuesta: registrar tu ternura y tu vulnerabilidad.
Luna en Acuario. Siempre te sentiste el “raro” de tu familia, sos el encargado de plasmar una herencia de creatividad familiar, posiblemente pagando el costo de ser el excéntrico o el inverosímil de tu entorno. Con tu familia tenés un vínculo discontinuo, cuando están cerca, te sentís agobiado y cuando no están, percibís una inusual necesidad de conectarlos. A lo mejor mamá y papá eran algo “diferentes a lo convencional”, y les resulta difícil terminar de comprenderse mutuamente. Tu lema debería ser “el único refugio es la ausencia de refugio”, ya que desde chico atravesaste situaciones de inestabilidad y repentinos abandonos. Todo cambia constantemente y tenés que ser creativo para adaptarte siempre a lo nuevo y a lo diferente que la vida te propone. Lejos de controlar a tus afectos tu aprendizaje será: “amar es dar libertad”, quizás con la apariencia de ser poco comprometido o desconectado, en lo profundo tu esencia te susurra: no sos de aquí ni sos de allá. La vida propone continuamente cambios e imprevistos que si intentás evitarlos solo se generaran más conflictos y angustias en tu interior. Siempre rodeado de impensadas vueltas del destino, pareciera que tu existencia siempre será así, una secuencia de discontinuidades, cosas imprevisibles, gente que hoy está y mañana no, ya que tu aprendizaje es comprometerse en el presente sin necesitar garantías a futuro.
Luna en Piscis. Naciste en una familia “matriarcal” donde las figuras maternales todo lo sabían o lo intuían, conectándote desde el inicio con la sensación de vivir en unidad profunda con todo lo que existe, donde no hay necesidades, todo esta dado, no hay separación y no hay límites. Nada falta en esta cualidad de sensibilidad extrema que hace eco con todo. De adulto esta híper sensibilidad te da cierta dificultad para organizarse psicológicamente, para delimitar tus deseos personales y explicitárselos al resto. Tu híper resonancia, hace que te cueste concentrar y cerrar energía, pudiendo parecer distraído u olvidadizo. Tenés un gran “radar” que te da máxima sensibilidad para captar lo “no dicho” junto con cierta dificultad para ser claro al hablar. Cuando estás asustado o vulnerable, te evadís en un mundo de sueños y fantasías, dándote problemas para conectar con la lógica, la realidad, y el mundo racional. Como te cuesta concentrar y cerrar energía, puede que desarrolles una personalidad hiperactiva e híper trabajadora a modo de defensa de esta sensibilidad, dando a veces la sensación de estar endurecido, desconectado o distraído. En temas emocionales puede resultarte difícil ser objetivo. Para canalizar esta desbordante sensibilidad es muy bueno acercarse al arte y a la música tanto como a lo esotérico o lo místico y, obviamente, a los trabajos solidarios.