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AL CUMPLIR 20 AÑOS EN LA MUSICA, FRANK REYES RECUERDA CON NOSTALGIA SU COLMADO POPULAR

Frank Reyes está celebrando sus 20 años en la música y como un príncipe que es lo hará en grande el próximo año. Ya el intérprete de “Princesa”  logró hacer “Bachata sinfónica” en el 2002 en el hotel Jaragua, y luego pisó Altos de Chavón (primera vez que un bachatero criollo subía a este escenario), en el 2006, logrando llenar este lugar, por lo que ahora entiende que su próximo reto tiene que ser mayor, (El Palacio de los Deportes, Estadio Olímpico, La Gran Arena del Cibao).
Hoy día el artista que ha estado alejado de los medios de comunicación muestra más madurez, es un hombre casado, feliz padre de cinco hijos, capaz de ver el éxito en sus colegas, y de hablar claramente de esos tiempos del colmado Popular y de todas las limitaciones que venció para ser “El Príncipe” que debe lidiar con la fama, los fanes, la familia, y ante todo con su propio yo.

8B9C9BD5-4B8D-40B5-AD60-F18CED55D66FDe su carrera
El que Frank Reyes sea uno de los rostros principales de la bachata criolla tiene que ver con su perserverancia. Salió de su casa en un campo de Tenares a los 12 años decidido a triunfar. Durmió en la calle, pasó hambre y vivió días difíciles hasta encontrar a Genao Lara, su primer empresario, que sin saber nada de música apostó a su talento, cuando lo escuchó la tarde de un sábado en un momento de descanso en el colmado Popular, ubicado en la barriada de Herrera. “Yo le dije a mi papá: yo seré grande, lo mío es la música y me fui en contra de él”.
Frank dice feliz
Frank Reyes ha ido creciendo junto con su carrera. El jovencito que salió de su campo para llegar a la ciudad y convertirse en un artista famoso, es hoy todo un hombre con una trayectoria que ya pasa las dos décadas.

“El Príncipe”, ha asumido su título y lo hace porque “el público quiere ver un artista en escena, no a cualquiera”. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con la palabra prepotencia, o privanza. Reafirma que hoy más que nunca es un hombre humilde, que disfruta de las pequeñas cosas, así como del amor de sus fanáticos, sin olvidar sus orígenes, por eso pasa sus días en su finca, si no está cantando. “Si yo no estuviera aquí, estuviera en la finca sembrando plátanos y yuca”, dice mientras sonríe.
El intérprete de “24 horas”, confía en el repertorio que ha logrado a lo largo de los 20 años de carrera. Muchos de su autoría y otros de compositores dominicanos. Está de acuerdo en que la música dominicana y en especial la bachata debe nutrirse de temas inéditos y que por eso él se ha preocupado en grabar a compositores criollos como Martín de León o Félix Mirabal.

Vislumbra que no será tan festivo el diciembre que llegará, porque muchos grupos no tocarán como lo esperaban, pero agradece a Dios que “yo siempre trabajo”. De los días festivos él respeta el 24 de diciembre, para compartir con su familia. “Yo ese día reúno a mi familia, a mis hijos, mis hermanos y toda la familia de parte de mi padre y mi madre, y nos vamos a mi finca y compartimos hasta el amanecer”, confesó el artista que recién llegó de una gira por Estados Unidos, donde dice pisó ciudades donde pocos dominicanos suenan.

Otra de las razones por la que se confiesa un hombre feliz tiene que ver con el género que representa. Confirma que está firme, y una muestra es que varios intérpretes estan sonando con temas en la radio y han logrado posicionar algunos hits.

Un artista sin ego
“Yo no puedo ser mezquino, si Zacarías está sonando y Joe Veras, sonó un tema bien, y otros también, significa que estamos bien, y que el género sigue en el gusto de la gente”, sostuvo el artista que ya ha sonado en la radio 8 temas de su disco “Soy tuyo”, el que sigue trabajando porque según él quedan muchos temas por sonar.  El bachatero considera que el género que interpreta ya ha pasado muchas barreras y la gente así lo sabe. Cuando antes nadie se atrevía a cantar y bailar bachata en un baile de salón, hoy día está demostrado que se puede bailar y cantar en cualquier escenario por exclusivo que sea, y es una de las fortalezas que destaca el artista.

Sin embargo, hay un reto que aún no han podido lograr los intérpretes del país como Anthony Santos, Luis Vargas, Raulín Rodríguez y el propio Frank Reyes, y es internacionalizar su carrera y tener presencia en premiaciones y eventos de gran importancia en la industria de la música, cosa que sí han logrado los intérpretes que han acuñado un sonido más moderno como por ejemplo Aventura, Romeo y Prince Royce.
“Estamos trabajando en ese sentido, yo creo que es importante ese paso, hemos ido avanzando, por ejemplo yo acabo de llegar de una gira en la que fui a estados donde antes no había ido un bachatero dominicano, como Alabama, Ohio, donde hay pocos dominicanos y la música criolla suena muy poco”, afirma.
En ese sentido, dice está dispuesto a trabajar más esta parte y por eso prometió en esta entrevista que durará dos años sin pisar Nueva York.

“Yo quiero conquistar otro público, que no sea el dominicano solamente, hay gente que va a Estados Unidos a los mismos escenarios, bares, y a las mismas ciudades donde van todos, y dicen que tuvieron una gira exitosa, por eso espero no pisar Nueva York durante dos años”.

Mientras trabaja, Frank se mantiene pendiente de todo lo que le hace falta a sus hijos, que son para él muy importantes. Recuerda aquel incidente que vivió con su expareja con quien procreó dos niños que lo llevó hasta los tribunales, acusándolo de que no le pagaba la manutención.
Hoy puede hablar de ese tema sin problema y confiesa que le dolió mucho la situación, porque no se considera un mal padre.
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“Gracias a Dios ya eso es cosa del pasado, yo soy un hombre muy organizado y trato de guardar todo, cada papelito y cada cosa, y eso me ayudó mucho para que el juez tomara la decisión final”.
Hoy día sus hijos tienen mucho contacto con él y los conflictos pasados no han limitado su relación.
“Yo quiero que ellos sientan el calor de un padre, y que estoy presente en su formación. Actualmente ellos se mantienen conmigo casi el día completo y van a su casa solo a dormir, se van hasta ya cenados”.
Esa parte familiar lo mantiene tranquilo y aunque reconoce que es un hombre romántico capaz de llorar con una buena película o cualquier situación, dice estar muy tranquilo disfrutando de su actual esposa y de su niña más pequeña, que cumplirá el mes próximo 3 años.

Los años y la experiencia en el medio artístico le han indicado cómo manejarse con relación a la parte sentimental.
Él prefiere mantener distancia con situaciones que sabe le pueden traer problemas mayores (intimar con mujeres, o fanáticas).
“Yo estoy bien, tranquilo, si no estoy cantando estoy en la finca disfrutando de lo que he sembrado y de mi ganado”, reitera el artista que espera poder grabar en algún momento un tema con Gilberto Santa Rosa, a quien admira y valora por su sencillez y su forma de ser.

A VECES SIENTE NOSTALGIA
Tras 20 años de carrera es mucho lo que Frank Reyes, puede decir.
Él, sentado en la silla del salón donde se le entrevistaba, recordaba cada momento que vivió antes de ser “El Príncipe” que hoy día es.

Confesó que no es rico, aunque sí tiene lo necesario para vivir y ayudar a su familia.
Dos de sus hermanos están con él en la orquesta y cree que tal vez alguno de sus 5 hijos herede la vena artística de su padre.
De sus progenitores recuerda que fueron dos personas trabajadoras y serias, que vivían para el campo y la tierra.
“Recuerdo ese día que yo estando con mi padre arando la tierra le dije: papá yo tengo que ser rico y famoso para no hacer esto”, dijo.
Pero Frank Reyes, encierra una historia motivadora que puede ser ejemplo para muchos jóvenes de hoy día.
Determinación, perseverancia y confianza en él, fueron palabras que le ayudaron a lograr la meta: ser un gran artista.
Hoy día -confiesa-, cuando siente alguna nostalgia coge su guagua y se va camino a Buenos Aires de Herrera, donde todavía está el colmado donde él trabajaba de dependiente, y en el que según Frank se trabajaba mucho.
“Hay días que he cogido mi vehículo y me voy y paso para ver el colmado”.

Hoy el colmado Popular no es el mismo, porque ya ha pasado por diferentes dueños, pero la historia de Frank quedó plasmada allí.

Es ahí donde comenzó todo y Frank, se transformó en “Príncipe”, gracias al apoyo de otro hombre que nada sabía de la música y que se atrevió y arriesgó su dinero como empresario y disquero: Genao Lara. “Se fue mi amor bonito” y “Vine a decirte adiós”, fueron temas que hicieron la zapata para que luego pudieran recibir “Princesa”, y con él la pegada de un bachatero que se ha mantenido en el gusto de la gente con sus altas y bajas.(Listín Diario)

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